Diccionario de Ciencias de la Educación

Siempre, en todos los países y los diversos tiempos y circunstancias, la educación tuvo y tiene un carácter de clase. Está al servicio de los intereses de quienes detentan el poder político y económico. Sin embargo, la educación refleja también los intereses y proyectos de las clases subordinadas que pugnan por revertir el orden de las sociedades. Esto quiere decir que en el seno de la educación se libra también una enconada lucha de ideas. Esta circunstancia hace precisamente de la educación una actividad dinámica, en permanente cambio.

El nuevo docente habrá de asumir que “el elemento popular ‘siente’, pero no siempre comprende o sabe, [que] el elemento intelectual ‘sabe’, pero no comprende o, particularmente siente. [Que] los dos extremos son, por lo tanto, la pedantería y el filisteismo por una parte, y la pasión ciega y el sectarismo por la otra. [Que] no se trata de que el pedante no pueda ser apasionado; al contrario, la pedantería apasionada es tan ridícula y peligrosa como el sectarismo y la demagogia más desenfrenados. [Por tanto] el error del intelectual consiste en creer que se pueda saber sin comprender y, especialmente, sin sentir ni ser apasionado.”

Características

Autor:
Castro-Kikuchi, Luis
Colección:
Magisterio
Año de publicación:
2007
Formato:
21.5x20.5cm
Número de páginas:
416
Disponibilidad:
Agotado

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